SMO LLAMA A IMPEDIR EL MATRIMONIO INFANTIL

  • Aunque la ley en Oaxaca prohíbe a menores de 18 años casarse, la unión libre está ganando terreno.    

En el marco del Día Naranja, campaña mundial de la ONU para eliminar la violencia contra las mujeres y niñas,  la Secretaría de la Mujer Oaxaqueña (SMO) exhorta a la sociedad en general, a tomar conciencia de que el matrimonio infantil y las uniones tempranas de niñas y adolescentes son prácticas nocivas tradicionales y violentan sus derechos humanos, pues les truncan el desarrollo y, principalmente las niñas padecen graves efectos a su salud por embarazos prematuros.

Como sociedad debemos combatir y visibilizar este problema que ocasiona muerte materna, infantil y neonatal, hipertensión, anemia, parto prematuro y secuelas severas en la salud, además de la deserción escolar, la precaria inserción laboral y la reproducción de la pobreza de quienes muchas veces, fueron obligadas a unirse en matrimonio o en unión libre.

El matrimonio o unión infantil disminuye las posibilidades de que la niñez tome decisiones sobre su futuro, le impide desarrollar otros aspectos de su vida, y al arrastrar una herencia de pobreza, las nuevas generaciones no podrán romperla, porque no se les permite buscar otras alternativas.

Cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indican que el número de uniones de personas menores de edad no rebasa los 56 casos en conjunto durante 2014 y 2015, no obstante, datos de los Servicios de Salud de Oaxaca señalan que entre 2015 y 2017 se registraron 2 mil 66 embarazos de niñas y adolescentes menores de 15 años de edad, lo que habla de posibles uniones informales.

Las mujeres que se casaron antes de los 18 años sufren más violencia física (49%), mayor violencia sexual (68%) y más violencia económica (16%), en comparación con aquellas que se unieron después de la mayoría de edad. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) establece que del total de los matrimonios que se realizan cada año en México, alrededor de 600 mil, 20% corresponden a parejas de jóvenes de entre 15 y 19 años, cifra similar a la que hay en Guatemala y Paraguay, y superior al promedio de América Latina que se ubica en 11.5%.

El matrimonio infantil tiene sus raíces en las desigualdades de género, en la pobreza, en la discriminación, en la falta de acceso a educación de calidad y en la carente implementación de sistemas efectivos de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.