Rechazo y discriminación hacía mujeres homosexuales

Rechazo por la familia o amigos hasta violencia física son algunos de los obstáculos que las mujeres homosexuales reciben en el ejercicio de sus derechos.
Rasgos culturales enmarcados en un patriarcado favorecen con ello una doble discriminación para las personas lesbianas, por su doble condición, de mujer y homosexual.

Límites en el acceso a educación, empleo o salud, e incluso en el mismo proceso de desarrollo de la identidad, rechazo por parte de la familia o amigos hasta recibir actos de violencia física que pueden terminar con la vida de las personas, son algunos de los obstáculos que las mujeres homosexuales reciben en el ejercicio de sus derechos.

Dichos obstáculos –en muchas ocasiones- derivan de prejuicios basados en aspectos socioculturales que enmarcan el actuar social de una región, la valoración positiva que se le otorga a la heterosexualidad por sobre las orientaciones sexuales diferentes a esta y que recaen particularmente en las mujeres que se reconocen con una orientación distinta a lo que socialmente es aceptado.

La orientación sexual es aquella atracción física, emocional, erótica o afectiva que se siente hacia otra persona y que puede ser del mismo sexo (lesbiana o gay), el sexo opuesto (heterosexual), ambos sexos (bisexual).

A pesar del avance social, algunos rasgos culturales enmarcados en un patriarcado son visibles en muchos lugares, favoreciendo con ello una doble discriminación para las personas lesbianas, por su doble condición, de mujer y homosexual.

De acuerdo al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación; la discriminación es la negación del ejercicio igualitario de libertades, derechos y oportunidades para que las personas tengan posibilidades iguales de realizar sus vidas.

Al día de hoy, aún existen lugares en donde las mujeres que revelan su orientación sexual reciben ataques constantes por motivos de esta y son obligadas a casarse o enfrentar torturas, insultos y violaciones como una estrategia bajo la idea errónea de modificar aquella orientación.

Sensibilizar a la población en un marco de respeto e inclusión es necesario para generar un cambio de pensamiento que incluya a todas las personas por igual, y con ello evitar las consecuencias de la distribución desigual e injusta de los derechos y libertades universales.

Desinformación en adolescentes y jóvenes promueve riesgo de adquirir una ITS

El inicio de una vida sexual desinformada e irresponsable son factores que fomentan en riesgo de adquirir una ITS en jóvenes y adolescentes.
La población oaxaqueña de entre 15 y 35 años concentra el mayor número de casos de ITS.

El inicio de una vida sexual a temprana edad, pensar que se encuentran exentos a contraer una infección o la desinformación en materia de salud sexual son algunos de los factores principales que fomentan en la población juvenil el riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS).

La falta de interés en asumir medidas de prevención en el desarrollo de la sexualidad ha dado como resultado que la población oaxaqueña de entre 15 y 35 años concentre el mayor número de casos de ITS, representando con ello un problema de salud pública latente.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ITS son causadas por más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes, y se propagan predominantemente por contacto sexual, es decir penetración vaginal, anal, oral, roce de genitales en donde se transmiten sustancias infectantes como el fluido vaginal, el líquido pre-eyaculatorio, semen y sangre.

Entre las más comunes en la población están la Sífilis, Gonorrea, Clamidia, Tricomoniasis y el Virus del Papiloma Humano (VPH), las primeras cuatro actualmente curables, mientras el VPH es una infección viral incurable que puede ser atenuado con el tratamiento adecuado.

Los síntomas comunes de las ITS incluyen flujo vaginal, secreción uretral o ardor en los hombres, úlceras genitales y dolor abdominal, sin embargo, una persona puede haber adquirido una infección sin manifestar síntomas y transmitirlo a otra, de ahí la importancia de mantener una vida sexual en donde la prevención sea la herramienta principal y de haber sido expuesto a una situación de riesgo realizarse los estudios clínicos pertinentes para descartar cualquier posibilidad.

Ejercer una vida sexual sin la educación necesaria y sin ningún tipo de protección representa un riesgo constante para que adolescentes y jóvenes se expongan a los efectos negativos en su salud sexual y reproductiva, sobre todo si no son tratados a tiempo.

Datos de la OMS arrojan que cada día más de 1 millón de personas alrededor del mundo contraen alguna ITS, por esta razón, hacer consientes a los jóvenes sobre la importancia de fomentar la educación sexual y medidas de prevención como el uso correcto del condón masculino o femenino como uno de los métodos de protección contra las ITS, incluido el VIH, ayudará a disminuir la prevalencia de nuevos casos de infecciones en la población juvenil y con ello las afectaciones en la salud que puedan derivar de ellas.

El embarazo en la adolescencia es el resultado de la ausencia de poder de decisión

México: primer lugar en embarazo adolescente de entre los países de la OCDE.
La tasa de fecundidad es de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.
El 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años.

México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente de entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.

El 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años. De estos, 15% de los hombres y 33% de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.

El embarazo en la adolescencia es el resultado de la ausencia de poder de decisión, de la falta de educación en materia de salud sexual y el pleno conocimiento de los métodos anticonceptivos existentes, como el uso correcto del condón masculino o femenino.

Mantener relaciones sexuales sin protección no solo significa la posibilidad de un embarazo en edad temprana, sino también el riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS) como el VIH.

El condón masculino es de los métodos anticonceptivos más populares, es una forma simple y barata de prevenir embarazos no planeados e ITS, es un método de barrera que evita el intercambio de fluidos corporales en donde los microorganismos o virus, que pudiesen entrar al cuerpo de la persona en el contacto sexual.

Las consecuencias del embarazo en la adolescencia afectan no solo la salud de las mujeres jóvenes que aún se encuentran en crecimiento y por lo tanto no cuentan con las características propias para la gestación óptima del bebé, situación que en muchas ocasiones termina induciendo un aborto. Por otra parte, las adolescentes atraviesan por dificultades que repercuten de manera directa en su salud mental, como los matrimonios infantiles, soluciones a las que son orilladas por presiones familiares en donde Oaxaca, con un 39.17% ocupa el tercer lugar a nivel nacional después de Chiapas y Guerrero.

El incremento en el número de embarazos adolescentes representa el decremento de la permanencia de las y los adolescentes en la escuela y con ello disminuye el acceso a oportunidades sociales y laborales, limitando de manera significativa la calidad de vida y el desarrollo social.

La educación es la respuesta más efectiva para eliminar el incremento de embarazos en jóvenes menores de edad, generar estrategias que brinden las herramientas para tomar decisiones adecuadas, así como la información requerida para el desarrollo de una sexualidad responsable como el uso correcto del condón, es indispensable para formar jóvenes conscientes de su presente y porvenir.

Riesgos en la juventud por los excesos de ejercer una sexualidad sin educación

La falta de educación sexual en la juventud se ve reflejada en la edad temprana de inicio de las relaciones sexuales que en múltiples ocasiones son acompañadas por el consumo de bebidas alcohólicas o algunas drogas.
La prevalencia de infecciones por VIH es de 77.7% en la población oaxaqueña de 15 – 44 años.

El fin de cursos para muchos jóvenes es un triunfo que festejar, sin embargo la celebración casi siempre está enmarcada en decisiones irresponsables como el consumo excesivo de bebidas embriagantes, relaciones sexuales sin protección o consumo de drogas que pueden tener como consecuencia adquirir una ITS como el VIH o un embarazo no planeado.

Según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), la actividad sexual comienza en la adolescencia. En muchos países, el inicio de las prácticas sexuales comienza antes de los 15 años.

La prevalencia de infecciones por VIH es de 77.7% en la población de 15 – 44 años, lo que significa que las infecciones por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en ese grupo de edad mantiene una tendencia estable en el Estado.

Sin embargo, la falta de educación sexual en la juventud muchas veces se ve reflejada en la edad temprana de inicio de las relaciones sexuales que en múltiples ocasiones son acompañadas por el consumo de bebidas alcohólicas o algunas drogas exponiéndolos al riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS) como el VIH o un embarazo no planificado.

El fin de cursos o la activa vida social de los jóvenes entre fiestas y bares son ambientes en que el alcohol, drogas y el sexo son permanentes de manera más o menos explícita y con ello las decisiones irresponsables que pueden derivar en adquirir alguna ITS como el VIH causante del sida, embarazos no deseados, abortos, matrimonios forzados o frustraciones profesionales.

Evitar consecuencias que limiten el desarrollo integral de juventud implica dotarles de las herramientas necesarias para el desarrollo pleno de su sexualidad y educarles sobre la salud sexual responsable.

Entorno familiar indispensable para la adherencia al tratamiento Antirretroviral

Para alcanzar un avance considerable en la erradicación de la infección y lograr que los pacientes mantengan un estado indetectable es indispensable formar un entorno familiar adecuado.
Las infecciones oportunistas se derivan en su mayoría por la baja carga inmunológica que produce el abandono del tratamiento Antirretroviral.

Es sabido que el VIH y sida tiene repercusiones a nivel físico y emocional, el estigma y la discriminación son aspectos socioculturales que tienen repercusiones directas en la salud de cada paciente, razón, por la que formar un entorno familiar sano y de apoyo resulta fundamental para que las personas que viven con el virus alcancen un nivel óptimo de salud física y mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al VIH como, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana que infecta a las células del sistema inmunitario, alterando o anulando su función y al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) como al estadio más avanzado de la infección en donde se hacen presentes alguna de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el virus.

Para alcanzar un avance considerable en la erradicación de la infección y lograr que los pacientes mantengan un estado indetectable (que presenta menos de 50 copias del virus por cada mililitro de sangre) es necesario contar con un entorno familiar que contribuya efectivamente al apego adecuado del tratamiento antirretroviral.

Las infecciones oportunistas se derivan en su mayoría por la baja carga inmunológica que produce el abandono del tratamiento Antirretroviral, este a su vez, en múltiples ocasiones es consecuencia de una alta incidencia de depresión en los pacientes al sentirse abandonados o rechazados por su entorno social más cercano.

Desde el momento de conocer su estado serológico frente al virus hasta lograr la adherencia adecuada al tratamiento es un proceso que en muchas ocasiones conduce a los pacientes a cuadros depresivos o ansiosos, situaciones que pueden derivarse del rechazo de su sistema familiar o bien, la familia puede propiciar la empatía y comprensión de la situación formando un núcleo de apoyo para la estabilidad emocional de los pacientes.

Por todo lo anterior es importante reconocer que cuando existe un cambio en un integrante de la familia, este repercute e involucra a todos sus miembros. El apoyo social como lo es la familia influye o no en la aceptación de un diagnóstico positivo y los sentimientos que se derivan de la noticia, contar con la comprensión durante el proceso que iniciará el paciente es indispensable para lograr la adherencia al tratamiento hasta llegar a la supresión de la replicación viral.

Reconocer y trabajar con las respuestas psicológicas derivadas de un diagnóstico positivo, hablar sobre la enfermedad en un ambiente de no discriminación ni culpa, fomentar la convivencia familiar respetuosa, así como las actividades fuera y dentro de la casa son algunas las manifestaciones del apoyo social necesario para que un paciente con VIH mantenga estable su salud mental y con ello perciba los resultados de la máxima eficacia con el tratamiento antirretroviral.