Estrategia 90 – 90 – 90, una respuesta mundial al VIH

Estrategia “90 – 90 – 90” podría poner fin al VIH en 2030.
36,7 millones de personas viviendo con VIH a nivel mundial y 220 mil en México.
Detección oportuna, pieza clave para cumplir con la estrategia.

El VIH y sida podría dejar de ser una amenaza para la salud pública mundial y estar bajo control en 2030 si el 90% de las personas infectadas están diagnosticadas, el 90% recibe tratamiento y el 90% tiene una carga viral indetectable o supresión viral impulsada por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA).

A finales de 2016 se contabilizó un total de 36,7 millones de personas viviendo con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) alrededor del mundo y tan solo en ese año se produjeron 1,8 millones de nuevas infecciones.

México concluyó ese año con doscientas 20 mil personas viviendo con VIH y doce mil nuevas infecciones al año, según lo publicado por el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (CENSIDA).

De acuerdo a ONUSIDA acabar con la epidemia del sida es un compromiso histórico con los 39 millones de personas que han muerto a causa de esta enfermedad y una oportunidad de gran trascendencia con la que sentar las bases de un mundo más sano, justo y equitativo para las generaciones futuras.

En diciembre de 2013, la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA recurrió a ONUSIDA a fin de respaldar los esfuerzos nacionales y regionales para establecer objetivos nuevos en materia de tratamiento del VIH, en este momento surge un impulso esperanzador para poner fin a una problemática de salud mundial: la estrategia “90 – 90 – 90”.

  • Que en 2020 el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico respecto al VIH.
  • Que en 2020 el 90% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban terapia antirretrovírica continuada.
  • Que en 2020 el 90% de las personas que reciben terapia antirretrovírica tengan una carga viral indetectable o supresión viral.

Para alcanzar los objetivos de la estrategia es importante impulsar a la población a la aplicación de la prueba de detección del VIH, sobre todo aquellas personas que han estado expuestas a situaciones de riesgo como prácticas sexuales sin protección con una o más personas o el uso de drogas inyectables; la detección oportuna contribuye a acercar los servicios médicos a las personas que resultan positivos frente al virus y requieren de tratamiento antirretroviral.

La adherencia adecuada al tratamiento antirretroviral previene enfermedades relacionadas con el sida que pueden llegar a desgastar el organismo hasta la muerte, el tratamiento del VIH es una herramienta fundamental para acabar con la epidemia puesto que una persona infectada tiene la oportunidad de mantener los niveles de virus indetectables (que presenta menos de 50 copias del virus por cada mililitro de sangre) y con ello mejorar notablemente su calidad de vida.

La estrategia “90 – 90 – 90” se encuentra basada en los derechos individuales de acceso a los servicios de salud y atención médica, lograr los objetivos antes de 2020 permitirá a la comunidad mundial acabar con la epidemia del sida para 2030, lo que a su vez generará grandes beneficios económicos y sanitarios.

Jóvenes y adolescentes grupo con mayor riesgo de adquirir VIH

Personas entre 15 a 35 años presentan mayor prevalencia del VIH.
En muchos países, los jóvenes solteros son sexualmente activos antes de los 15 años.
Fomentar el aplazamiento de la actividad sexual y la prevención en quienes son sexualmente activos, herramientas clave para eliminar el VIH.

De acuerdo al Panorama del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH/sida emitido por los Servicios de Salud de Oaxaca, la población joven reporta la mayor prevalencia de VIH en el Estado, por edad, el mayor número de casos se concentra entre los 15 a 35 años, razón por la que promover la cultura de prevención y responsabilidad compartida en el desarrollo de la vida sexual son herramientas clave para poner fin a la epidemia.

Oaxaca tiene una prevalencia de infecciones por VIH de 77.7% en la población de 15 – 44 años y a nivel nacional del 0.3 por ciento, lo que significa que 3 de cada mil personas vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana en ese grupo de edad, tendencia que se mantiene estable.

Según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), para la mayoría de las personas, la actividad sexual comienza en la adolescencia. En muchos países, los jóvenes solteros son sexualmente activos antes de los 15 años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que el riesgo de infección por el VIH está estrechamente relacionado con la edad temprana de inicio de las relaciones sexuales y la desinformación que se ve reflejada en el desarrollo de prácticas sexuales que les ponen en riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS) como el VIH o un embarazo no planificado.

La mayoría de los adolescentes y jóvenes obtienen la infección por el VIH por medio de las relaciones sexuales, motivo por el cual es preciso fomentar el aplazamiento de la actividad sexual en los adolescentes que aún no son sexualmente activos, así como promover un inicio consciente y responsable de la actividad sexual, como estrategias para disminuir el número de nuevas infecciones.

Es preciso fomentar una cultura de prevención en la juventud, como el uso del condón masculino y femenino, evitar otras conductas de riesgo que pueden conducir a una infección por el VIH, como el consumo de drogas, y promover en ellos el conocimiento y respeto de sus derechos sexuales, para evitar la propagación de la epidemia.

Eliminar la desinformación resulta imprescindible para dotar a la juventud de las herramientas necesarias para tomar decisiones de manera consiente y responsable y con ello disminuir los posibles riesgos.

Los jóvenes no pueden protegerse si no tienen información básica sobre el VIH/sida, y los adolescentes deben conocer los mecanismos de prevención antes de que sean sexualmente activos, por esta razón, sumar esfuerzos entre gobiernos, iniciativa privada y sociedad civil resulta fundamental para eliminar las barreras que limitan el desarrollo integral de la juventud.

Prueba de detección del VIH: una gota de sangre y unos minutos de espera pueden hacer la diferencia

Miedo y desinformación, principales obstáculos para que las personas acudan a realizarse la prueba de detección del VIH.
Tan solo un contacto sexual sin protección basta para adquirir una Infección de Transmisión sexual como el VIH.
Toda persona que acude a realizarse la prueba, tiene la seguridad de que la información proporcionada será protegida.

El temor a obtener un resultado reactivo y al estigma y discriminación que ello conlleva en la mayoría de los casos, sigue siendo el principal obstáculo para que las personas acudan a realizarse la prueba de detección del VIH, a pesar de haber sido expuesto a una práctica de riesgo como mantener relaciones sexuales sin condón.

De acuerdo a datos del Censo Nacional de Estadísticas de Salud 2010, en México, el promedio de las personas de entre 20 y 59 años, durante toda su vida sexual un hombre tiene siete parejas sexuales y cuatro en el caso de las mujeres, y tan solo un contacto sexual sin protección basta para contraer una Infección de Transmisión sexual como el VIH.

Desde 1986 año en que apareció el primer caso de sida en Oaxaca y hasta el 10 de marzo del presente año, el Panorama del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH/sida emitido por los Servicios de Salud de Oaxaca, cerró en un total de seis mil 571 casos de sida y dos mil 689 personas infectadas con el VIH.

La única manera de saber si una persona vive o no con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es a través de una prueba de detección, una de las estrategias más poderosas para reducir el número de nuevas infecciones, tan solo una gota de sangre y algunos minutos de espera pueden hacer la diferencia.

SOBRE LA PRUEBA RÁPIDA DETECCIÓN

La prueba rápida de detección consiste en una ligera punción en uno de los dedos de la persona, para extraer una gota de sangre, que luego es depositada en un cartucho para su análisis, y al cabo de diez a quince minutos bajo una estricta supervisión del personal de salud encargado, se podrá obtener el resultado.

Cada una de las pruebas se realiza bajo el método de inmunocromatografía, cuya simplicidad y rapidez contribuye a la atención de un mayor número de personas.

Cabe destacar que de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-010-SSA2-2010 para la prevención y control de la infección por el VIH, la toma de la muestra es voluntaria, segura y confiable, por lo cual, toda persona que acude a realizarse la prueba, tiene la seguridad de que la información proporcionada será protegida.

Desde la aparición del primer caso, el mundo entero colocó su atención en una nueva problemática social que pronto se expandió a nivel mundial, eliminar el miedo y la desinformación de la población para conocer su estado serológico frente al virus son los principales factores que contribuirán para dar una respuesta favorable y con ello contribuir a los resultados que persigue la estrategia “90 – 90 – 90” puesta en marcha por ONUSIDA y que busca lograr avances significativos en la erradicación del VIH y sida a nivel mundial y consiste en que el 90% de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, de éstos, el 90% debe atenderse y tomar tratamiento y el 90% debe mantener sus niveles de virus indetectables.

Sexual, sanguínea y perinatal: vías de transmisión del VIH

A nivel nacional diariamente 33 personas adquieren VIH.
El VIH afecta al sistema inmunológico, que una vez debilitado permite la aparición de enfermedades.
Son tres las vías de transmisión del virus: sexual, sanguínea y perinatal.

Todas las personas somos susceptibles a adquirir la infección por el VIH, independientemente de la raza, orientación sexual, estatus social, económico, político, religioso o ideológico al que pertenecemos, a nivel nacional diariamente 33 personas adquieren el virus, lo que implica que anualmente se generan más de doce mil nuevas infecciones.

La infección por VIH no hace excepción de personas y su crecimiento en número de casos es una situación que lo coloca como uno de los problemas de salud pública predominantes alrededor del mundo desde su aparición en la década de los 80.

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) afecta al sistema inmunológico, que una vez debilitado permite la aparición de enfermedades. Si bien, la infección por VIH ya no es considerada una enfermedad mortal, sigue siendo una epidemia latente en continúo avance, algunas causas, recaen en la desinformación de la población y las escasas medidas de prevención.

Una vez que el virus entra al cuerpo, este se mantiene en la sangre, el líquido preseminal, el semen, los fluidos vaginales y la leche materna y se transmite a través del contacto de estos fluidos con las mucosas o el torrente sanguíneo de otra persona, son tres las vías mediante las cuales puede trasmitirse el virus: sexual, sanguínea y perinatal.

– Vía sexual: por tener relaciones sexuales vaginales, anales u orales, entre personas del mismo o diferente sexo sin protección, por donde los fluidos de quien tiene el virus ingresan al cuerpo de la pareja.

– Vía sanguínea: por transfusiones de sangre no analizada y controlada o al compartir jeringas para el uso de drogas, perforaciones y tatuajes o cualquier otro elemento punzante y no son esterilizadas previamente.

– Vía perinatal o vertical: Una mujer que vive con VIH o lo adquiere en el momento del embarazo puede transmitir el virus a su hija o hijo durante el embarazo a través de la placenta, durante el parto o la lactancia.

Esta última vía es la principal causa de infección en niños. Una mujer con VIH que no recibe tratamiento y atención médica adecuada tiene un 30% de posibilidades de dar a luz a un bebé con VIH, es por esto, que toda mujer embarazada o que planea estarlo debe realizarse la prueba de detección y en caso de ser positiva se tenga acceso al tratamiento adecuado para evitar la infección del bebé.

Por su parte, la vía sexual representa la forma más frecuente para contraer el virus, el 98% de las infecciones son causadas por contacto sexual no protegido, por esta razón, practicar una cultura de prevención a través del uso del condón masculino o femenino es una herramienta fundamental para poner fin a la epidemia.

Tan importante como saber de qué manera se transmite el VIH, resulta el saber qué conductas no lo hacen, como besar, un estornudo, la picadura de un mosquito, compartir baños o albercas, trabajar o estudiar con una persona que vive con el virus no son formas de transmisión, sin embargo, fomentar la sensibilización, prevención y desarrollo de la sexualidad responsable, informada y compartida son estrategias útiles que contribuyen a evitar nuevas infecciones.

Oaxaca: noveno lugar en VIH a nivel nacional

Con 6,571 casos de sida y dos mil 689 personas infectadas con el VIH, Oaxaca ocupa el noveno lugar a nivel nacional por el número total de casos de sida.
La epidemia se concentra en los Valles Centrales seguido del Istmo, Costa y Tuxtepec.
El avance médico el VIH y sida pasó de ser considerado mortal a una enfermedad crónica que bajo tratamiento permite a los pacientes mantener una óptima calidad de vida.

“Dolores de estómago, diarreas constantes y algunos otros padecimientos fueron los indicadores para acudir a un médico, realizarnos una serie de análisis y recibir un diagnóstico que a mi esposo y a mí nos cambiaría la vida”, expresó una mujer oaxaqueña que desde hace cinco años fue diagnosticada con el VIH.

De acuerdo al Panorama del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH/sida emitido por los Servicios de Salud de Oaxaca, con un total de seis mil 571 casos de sida y dos mil 689 personas infectadas con el VIH, Oaxaca ocupa el noveno lugar a nivel nacional por el número total de infecciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el VIH se define como, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana que infecta a las células del sistema inmunitario, alterando o anulando su función.

Por su parte el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH y se define por la presencia de alguna de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH.

La infección por VIH sigue siendo uno de los problemas de salud pública más recurrentes alrededor del mundo; desde su aparición en la década de los 80, enfermedades oportunistas asociadas al virus han cobrado la vida de miles de personas anualmente.

A finales de 2016 se contabilizaron 36,7 millones de personas viviendo con el VIH en el mundo y en ese año se produjeron 1,8 millones de nuevas infecciones. México tuvo doce mil nuevas infecciones a causa del virus y cuatro mil 200 muertes relacionadas por enfermedades asociadas al sida. De acuerdo a datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA).

Para el estado de Oaxaca la epidemia se concentra en la Jurisdicción Sanitaria de Valles Centrales seguido del Istmo, Costa y Tuxtepec, el mayor índice se ve reflejado en el grupo heterosexual con un 49.5% del total de infecciones, a partir del cual el sexo más afectado es el masculino con un 78.7%.

Con 589 infecciones por VIH las amas de casa ocupan el primer lugar de acuerdo a la actividad que realizan y el segundo lugar en casos de sida con un total de 891 mujeres.

Gracias al avance médico el VIH y sida pasó de ser considerado mortal a una enfermedad crónica que bajo tratamiento permite a los pacientes mantener una óptima calidad de vida, hasta llegar a estado indetectable – cuando la persona presenta menos de 50 copias por mililitro de sangre -.

Para alcanzar avances significativos en la erradicación de la pandemia, ONUSIDA ha puesto en marcha la estrategia “90-90-90”, que significa que el 90 por ciento de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, de éstos el 90 por ciento debe atenderse y tomar tratamiento de los cuales el 90 por ciento debe mantener sus niveles de virus indetectables.

Para lograr los objetivos de la estrategia es importante eliminar las barreras de desinformación acerca del virus, fomentar una cultura de prevención y ejercicio de la sexualidad responsable y compartida entre hombres y mujeres.

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