LA TRAVESÍA DE UN EJIDATARIO (Segunda de dos partes)

Por María Magdalena Heredia Espitia.

En este sentido, la Organización Agraria de Oaxaca le responde que:

“las dificultades que constantemente se han originado entre usted y la totalidad de los ejidatarios que integran esa comunidad agraria, se deben a la falta de comprensión de parte de usted, para llevar a cabo los trabajos colectivos que las mayorías acuerdan”, y aunque Teodoro ofreció pagar para exentarse de efectuar dichos trabajos, “los ejidatarios consideran que no es posible eximir a ningún ejidatario de que efectúe dichos trabajos”

Así pues, el 11 de marzo de 1943 los ejidatarios y autoridades de la comunidad piden a la asamblea aceptar la expulsión de Teodoro Gutiérrez, debido a que solo ha asistido a dos de los 75 tequios que se han realizado en la comunidad, tomando esto como un incumplimiento a los acuerdos tomados en la colectividad de la asamblea. Recordemos que, dentro de un sistema de gobernanza de usos y costumbres, la Asamblea es de vital importancia para el desarrollo y administración de la comunidad.

Pero ustedes se preguntarán ¿que pasó con la carta que Teodoro mandó al Presidente? ¿Lograrán expulsar a Teodoro de su parcela? Acompáñenme a seguir saltando en el tiempo.

Correspondencia.

Encontré un oficio de la Secretaría de la Presidencia de la República, fechado el 21 de febrero de 1944, dirigido al Ing. Fidencio Hernández, Delegado General de Organización Agraria Ejidal en el Estado de Oaxaca, en el que ordena a esta dirección se atienda el despojo de parcelas a Teodoro Gutiérrez, queja expuesta por Francisco Gutiérrez López (su hijo): “Le recomiendo que se haga una investigación sobre la queja y en caso de que tenga debidamente sus derechos como ejidatario, vigilar se le haga la devolución de su parcela, advirtiendo al comisariado ejidal que carece de facultades para seguir tales procedimientos”

Sigamos avanzando en el expediente. Encontré una transcripción de la carta dirigida al gobernador del Estado de Oaxaca en un oficio procedente de la Secretaria General de Despacho, fechado el 29 de febrero de 1944.

Francisco Gutiérrez López escribió el 03 de febrero de 1944 lo siguiente:

“Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted, que estando prestando mis servicios como soldado en el 26/o Batallón, el cual radica en esta plaza, como lo exige nuestra querida Patria, quedó solo mi padre Teodoro Gutiérrez en el pueblo de Ixcotel, Oax. (…) Mi padre cuenta con 65 años de edad y ya no puede trabajar en tequio o sea en fainas, es por eso que el señor presidente se toma la razón para despojar a mi querido padre sus parcelitas que son las únicas que le dan el pan de cada día. Suplico a usted señor Gobernador que se digne a librar sus respetables órdenes a quien corresponda y obrar con justicia en este caso para que sean reintegradas a mi padre sus parcelitas cuando yo cumpla mi contrato en el ejército nacional, ya pasaré a hacerme cargo de las mencionadas tierras y cumpliré como buen hijo de mi pueblo”.

Dicha nota se transcribió para enviar al C. Agente Municipal de la comunidad para que informara sobre este asunto y diera cuenta de los hechos, he aquí un extracto de su respuesta:

“(…) la autoridad agraria de este pueblo no le hizo la expropiación sino el mismo mencionado Sr. se presentó a la Delegación Agraria ubicada en esta ciudad hacer entrega de dichos terrenos de que viene haciendo mención el Sr. Francisco, debo decirle a usted que la Delegación tiene conocimiento con la renuncia presentada (…) con fecha 13 de abril de 1943”

Renuncia a parcela.

¡Qué sorpresa! La historia de Teodoro dio un giro inesperado o… ¿ya lo suponías?

Ya no obtuve más hallazgos sobre lo que sucedió después, sin embargo, espero que todo haya mejorado y que todas las partes tuvieran lo que les corresponde.

Historias como ésta las puedes encontrar en los archivos del AGEO, ¡te esperamos!