EL COMBATE DE LA PLAGA DE LANGOSTAS EN EL ESTADO DE OAXACA.

Por Irma Lidia Zárate Cruz.

La plaga de la langosta ha ocasionado graves daños económicos debido a sus invasiones desde hace siglos, el origen de esta plaga en México se remonta al inicio de la agricultura, el registro más antiguo, es tal vez, en el libro sagrado de los mayas “El Popol Vuh”. Se declaró como plaga nacional en el año 1824 y es a partir de este año que se establecen disposiciones para combatirla, estas plagas se extendieron desde el norte de Costa Rica hasta los valles centrales de Oaxaca, generando escasez de alimentos, hambre, migraciones y muertes.

Se sabe que las plagas que han atacado América Central y a México históricamente, se han debido a los cambios bruscos de temperaturas y a mutaciones de estos insectos. En la primera mitad del siglo XX, esta plaga afectó principalmente los cultivos de maíz y frijol, destinados al autoconsumo de la población rural y las pasturas de los animales. Para el año de 1924, afecto fuertemente el sur y el sureste mexicano, por tal motivo el departamento de Fomento y Agricultura de Veracruz, formo la junta de Defensa contra la Langosta, con la finalidad de dirigir las tareas de exterminio. En febrero de 1925, el presidente Plutarco Elías Calles expidió el reglamento de la ley federal de plagas, mientras los estados invadidos por la langosta formaron juntas centrales y locales. El reglamento de 1925, fijo normas de participación en el combate de langosta, todos los habitantes entre 15 y 50 años de las zonas afectadas quedaron obligados a participar en las campañas.

El estado de Oaxaca, fue uno de los estados del país afectados por esta plaga, durante el siglo XIX y la mitad del siglo XX; para el año de 1854, el Ministerio de Fomento en Oaxaca a cargo de Don Ignacio Goytia, informo al Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, que a principios del mes de junio, la langosta llegó en mayor número, extendiéndose hasta los valles de Zimatlán, Ejutla y Miahuatlán; debido a esta invasión, en noviembre se le pide al Agente del Ministerio de Fomento en Oaxaca, se realicen los arbitrios necesarios para formar un fondo suficiente, para hacer el acopio de granos, para remediar la escasez que produjo este insecto; dándose a la terea de hablar con los dueños de las fincas y propietarios de grandes extensiones de tierras, para que vendieran a bajo costo, las arrobas de maíz, o bien realizando un trato en el cual estos propietarios, dieran un tanto de su cosecha para que se resguardara en las alhóndigas, llevando a cabo así, un plan para evitar que las cosechas del año siguiente fueran invadidas por la langosta, pese a las medidas tomadas durante los años de 1854 a 1892, seguían afectando el territorio, todos los métodos empleados en estos años, fueron de manera preventiva, con el fin de destruir a este insecto en sus cuatro etapas de desarrollo.

Oaxaca tuvo otra gran invasión de langostas en el año de 1925, es de destacar la gran participación de las juntas centrales y locales que se crearon para su combate y extinción. En uno de los informes emitidos por el Ing. José María Ortega, como jefe de la zona número siete, con residencia en Tuxtepec, da cuanta que para facilitar las actividades, se dividió en cuatro sectores, cada uno de ellos con su correspondiente Junta Regional: el sector número uno, comprendía toda la municipalidad de Tuxtepec y las de Jalacatepec, Chiltepec y Amapa, que destruyeron por el método de zanjeo, regulares cantidades de mosquito y de saltón; en la congregación de la Isleta perteneciente a la agencia del Hule, se exterminaron 95 kilogramos de mosquito; en Loma Bonita se destruyeron 65 kilos, empleándose una de las bombas lanza llamas Cálimax; el sector número dos, correspondía a Ojitlan, Soyaltepec, Ixcatlán, Jalapa de Díaz, Valle Nacional y Teposcolula, informó que la plaga fue destruida en un setenta por ciento; el sector número tres que conformaba el ex distrito de Villa Alta, se destruyeron 12 kilos de insectos; por último el sector cuatro correspondiente al ex distrito de Choapam, que no mando su informe. La mayor parte de los trabajos de destrucción realizado por estos sectores se practicó el método de zanjas y barreras de lámina, ahorrando así combustible.

Método de zanjeo.

Destruyendo una mancha de saltón en Palmillas.

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Para el mes de agosto, el presidente de la Junta Nacional Directora de la Campaña contra la Langosta, en una de sus declaraciones dice que el Estado de Oaxaca, se ha visto considarablente invadido, pues en la costa del Pacífico logro rebasar los límites, entrando la plaga en parte del municipio de Ometepec, perteneciente a Guerrero, pero hay grandes probabilidades de impedir que siga avanzando por esta costa al hacia el noroeste, gracias a la eficaz ayuda de la Secretaría de Guerra y Marina, con medios para transportar personal y material suficientes, se logró llevar a Pinotepa Nacional, Jamiltepec y Pochutla.

Declaración de la campaña contra la langosta.

En febrero de 1926, el jefe de la zona número 16 (Pinotepa Nacional), José C. Delgado informo haber desplegado toda su actividad en el combate de la plaga, ya que por estar sufriendo su última transformación, poco se podrá hacer en el mes de marzo, ya que por efecto del clima es difícil combatir a la voladora, del 1 de febrero al 28 de febrero se destruyeron (siete mil trecientos ochenta y dos kilos de mosquitos.

Croquis del sector de Pinotepa.

Mapa de sectores de Ometepec, Jamiltepec y Pinotepa.

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El combate de estos insectos en las diferentes zonas del estado, fue una ardua labor, ya que no fue nada fácil, los encargados de zonas tuvieron que lidiar con algunas autoridades municipales y pobladores de algunas regiones por su apatía y desinterés, así que se tuvieron que tomar medidas y realizar sanciones económicas a todo aquel que no ayudara a combatir la plaga de la langosta, ya que las afectaciones eran de grandes magnitudes. Todos estos acontecimientos han quedado plasmados en los documentos que son fiel testimonios de sucesos importantes que han pasado a través del tiempo y que hoy en día pueden ser consultados en el Archivo Histórico Central del Archivo General del Estado de Oaxaca, fiel guardián del patrimonio documental de los oaxaqueños.