IDOLATRÍA

Por Hebert Citlali Juárez Ruiz.

La idolatría se podría definir como la adoración hacia ídolos, brindándoles atributos superiores y la capacidad de poder usar estos de manera autónoma.

Con la llegada de los españoles a nuestro país, el panorama cambió, ya que ambas civilizaciones tenían un sistema de creencias contrapuestas, lo que derivó en un choque de culturas.

Inicialmente los españoles se dieron a la tarea de conocer bien el medio que los envolvía, para de alguna manera poder conciliar las ideas, considerando a los nativos como aprendices, necesitados de la tutoría de alguna personalidad de carácter eclesiástico, que lograra encaminarlos dentro de estas nuevas ideologías, es así como más adelante encontraremos figuras específicas pertenecientes a la Iglesia, comisionadas a trasladarse a diferentes poblaciones, con la finalidad de realizar acciones de evangelización.

Portada de proceso criminal de 1767.

Inicio del proceso de averiguación.

Es así como se presenta dentro del Archivo Histórico, un expediente proveniente del fondo Histórico, en la sección de Obispado, relativo al tema de la idolatría, del año de 1767, es una queja sustentada ante Don Francisco Xavier de Villavicencio, procurador del número de la Real Audiencia ordinaria de esta ciudad, en nombre del bachiller Don Alejandro Athanacio Fernandez, cura beneficiado y juez eclesiástico del partido de San Pedro Acatlan, de la jurisdicción de Nexaja, en este obispado, quien expone una denuncia realizada por el vicario del dicho lugar, el bachiller Don Esteban Sanchez, contra el señor Don Pedro Alcantara de Quintana, Jazinto Nicolas, Joseph Juan, Chistoval Juan, Joseph Mathias, Juan Sebastian y Juan Miguel, manifestando que en conjunto con otros más han cometido el delito de idolatría, en diferentes ocasiones logrando en un principio cubrir los daños mediante un arancel, sin embargo continuaron sus acciones hasta entrar en tumulto, a gritos y con piedras a la presencia del cura beneficiado, quien al encontrarse en el aprieto de perder la vida, tuvo que soportar injurias y desvergüenzas, sin poder manifestar ninguna reacción adversa, temiendo el peligroso escenario que haría detonar frente a los demás pobladores.

Concluyendo tales acciones en la realización de fandangos dentro de la propia iglesia, sin nadie que pueda evitarlo por venir estos armados, argumentando que esta era la costumbre original de los pueblos nativos, que cumplían con sus correspondientes pagos y no conocían más superiores que el Rey y el alcande mayor, agregando a esto su nula presencia durante las misas y poco interés por el contenido de ellas.

Las peticiones requeridas, eran el seguimiento por autoridades de alto rango por medio de diligencias y posterior aprehensión, asi como el auxilio de figuras eclesiásticas de apoyo que le ayuden realizar su propósito, sustentando que todos los que se han encontrado comisionados con anterioridad, han claudicado en el intento, esparciendo el temor dentro del medio eclesiástico.

Declaración de Pascual Bautista.

Auto de averiguación de la fuga.

Esta causa se considera si no perdida, inconclusa hasta el momento, ya que a continuación se realizan las respectivas diligencias, donde se logran capturar a los susodichos, sin embargo mediante sus constantes traslados para movilizarse al lugar donde serán juzgados, logran darse a la fuga valiéndose de ayuda externa, que se presenta a la visita con atuendos semejantes a la usanza de los religiosos de la época.

Finalmente se logra percibir el contexto que se sufrió durante el trayecto de la unificación de estos criterios, un antecedente más de tantos que alberga el Archivo, considerando que al conocer el funcionamiento del actuar humano, resulta relevante encontrar aquello que le dé un propósito a nuestras vidas, ya que sin él, esta no tendría sentido, de igual manera respetar las elecciones en cuanto a las creencias ajenas.