Las joyas de Monte Albán y los documentos del Archivo Histórico: tesoros escondidos bajos los escombros.

ARCHIVO GENERAL DEL ESTADO DE OAXACA

LAS JOYAS DE MONTE ALBÁN Y LOS DOCUMENTOS DEL ARCHIVO HISTÓRICO: TESOROS ESCONDIDOS BAJOS LOS ESCOMBROS.

Por Jorge González Galdamez

Así como el arqueólogo Alfonso Caso descubrió la tumba 7 de Monte Albán el 9 de enero de 1932 bajo varios centímetros de tierra, estuco y escombros, un día de agosto de 2015, el entonces operativo de la Asociación Civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, ADABI de México y participante en el Proyecto de Organización del Archivo Histórico del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca; Víctor Manuel Elorza García, realizó uno de los hallazgos más relevantes durante la ejecución de dicho proyecto. Bajo polvo, basura e insectos, se encontró un documento de gran valor. Se trataba de un expediente que contienía un acta y el inventario de objetos hallados en la célebre tumba, que fueron trasladados del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, hoy Museo Nacional de Antropología e Historia, al Museo Regional del Estado de Oaxaca, actualmente Museo de la Culturas de Oaxaca. Dicha colección de objetos recibiría el nombre de: Las Joyas de Monte Albán.

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Este expediente presenta tres procesos: Primero, el acto protocolario de entrega- recepción de los objetos pertenecientes a la Tumba 7 de Monte Albán, fechado el 25 de mayo de 1937. Se realizó en el entonces Palacio de los Poderes del Estado, estando presentes: Luis Castillo Ledón, Director del Museo Nacional y Antonio Mediz Bolio, Jefe del Departamento Arqueológico, el Secretario General del Gobierno del Estado Cayetano Masse, el Subsecretario del Despacho Lic. Fernando Magro Soto, el Tesorero General Manuel Sodi y el Director del Museo Regional del Estado Félix Martínez Dolz. Segundo, la entrega de Las Joyas de Monte Albán por parte de los señores Gabriel I. Carsolio y Enrique Tort, Gerente y Cajero de la sucursal del Banco Nacional de México en esta ciudad de Oaxaca, lugar donde fueron resguardados en cinco “bultos”; a los señores Secretario General Cayetano Masse, Fernando Magro Soto, Manuel Sodi. Lo más sobresaliente de este evento fue la presencia del Arqueólogo Alfonso Caso.

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La tercera y última parte del expediente, fechada el 17 de marzo de 1938, da cuenta de la reunión que los funcionarios señalados celebraron en el salón número uno del Museo Regional de Oaxaca, ubicado en la casa número cuarenta de la Avenida Independencia, con los señores Alfonso Caso, Director de las Exploraciones en el Estado de Oaxaca, Félix Martínez Dolz, Director del Museo Regional y Martín Bazan, Inspector de Monumentos Arqueológicos en el Estado. El objetivo de esta reunión fue entregar las joyas recibidas por el Gobierno del Estado el 25 de mayo de 1937, a los especialistas para su colocación y exhibición en el salón número uno del referido museo, que fue acondicionado para ese objeto, cumpliendo así con un acuerdo presidencial.

Como parte de la entrega de las piezas encontradas en la Tumba 7, se formó un inventario que consiste en 25 fojas, en el que se describen cada uno de los objetos, los cuales fueron trasladados en sesenta cajas, agrupándolos en diferentes secciones, reconociéndose como criterio el material con que fueron elaborados.

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Entre las secciones tenemos: objetos de oro, objetos de plata y cobre, objetos de cristal de roca, objetos de perlas, objetos de jade, objetos de turquesa, objetos de hueso, anexos; además de un inventario del material osteológico encontrado en la tumba: fémures, sacros, huesos iliacos, rotulas, tibias, perones, vértebras lumbares, vertebras dorsales, vértebras cervicales, costillas, metatarsianos, metacarpianos, calcáneos, astrágalos, cúbitos, esternones, clavículas, coxis, radios, húmeros, omóplatos, maxilares inferiores, cráneos y maxilares inferiores, lo cual pueda ayudar a determinar el número de sujetos que fueron depositados en la tumba, el sexo de los mismos, modificaciones que pudieron sufrir durante y después de la vida, enfermedades que les pudieron ocurrir y hasta las dietas que tenían.

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Lo interesante de este documento es que gracias a el, podemos seguir la pista de los lugares en los que estos objetos de gran valor han sido depositados, resguardados o exhibidos. Además, existe un inventario similar en el libro de Alfonso Caso, El tesoro de Monte Albán (1969), que abre la oportunidad de cotejar la información contenida en ambos, teniendo en cuenta que es muy probable que el contenido de la Tumba 7, se halle distribuido tanto en el Museo Nacional de Antropología e Historia como en el Museo de las Culturas de Oaxaca. Sería pertinente indagar la ubicación actual de los objetos mencionados en ellos, así como las posibles pérdidas o faltantes que pudieron sufrir.

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Este es un ejemplo más de la importancia que tienen los archivos en la preservación del patrimonio material y cultural. Sin archivos ordenados no hay cultura, ni historia, ni transparencia. Los invitamos a consultar este y otros Testimonios Documentales del Archivo General del Estado de Oaxaca