Diseño gráfico como aporte a la Reprografía.
Archivo General Del Estado de Oaxaca
Diseño gráfico como aporte a la Reprografía.
Por Stella Camargo y Emmanuel Abraham Morales Ramírez
En el Archivo General del Estado de Oaxaca (AGEO), como en muchas dependencias, confluyen personas con diferentes profesiones. Ante la falta de archivónomos en el Estado, se ha reclutado personal con carreras afines para llevar a cabo el trabajo con óptimos resultados. Teniendo en cuenta sus fortalezas, aptitudes, destrezas y los puntos de convergencia en cuanto a conocimientos, se les capacita continuamente para el desempeño de sus funciones; estas capacitaciones están a cargo de los profesionales del archivo en materia de paleografía, archivos, restauración, encuadernación, fotografía, asepsia, etc.
A continuación se presenta la experiencia de un colaborador que nos cuenta sobre su práctica como diseñador gráfico dentro del Departamento de Reprografía.
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“La carrera de diseño gráfico afortunadamente me ha abierto muchas puertas y gracias a ello tengo la fortuna de ejercerla en el Departamento de Reprografía del AGEO.
Quizás la mayoría de las personas no saben que es reprografía, puedo decir que esta técnica es de gran importancia dentro de la preservación, resguardo y difusión de un acervo histórico.
El trabajo que se hace en este departamento es desmaterializar los documentos, es decir, cambiar su soporte material a un soporte digital con el objetivo de evitar la manipulación del documento para prolongar su vida útil y evitar el daño del soporte.
Cuando me integré a este equipo de trabajo, tuve el primer acercamiento a documentos con un tipo de papel con el que jamás había tratado, muy distinto a las diferentes clases de papel con los que trabajaba, tales como papel bond, sulfatada, cromacote, adherible, solo por mencionar algunos, dichos papeles tienen la facilidad de moldearse al momento de imprimir o plasmar algún tipo de anotación, esto último se hace con aparatos de última tecnología como impresoras digitales, plotter etc. Cosa muy diferente son los tipos de papel, manuscritos en su gran mayoría, que se resguardan en el AGEO, así antes de adentrarme a la digitalización tuve que acercarme al acervo histórico y sus soportes.
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La manipulación de los soportes del archivo es delicada en sí misma, para no dañarlos hay que tener conocimiento y cuidado, pues por el paso de los años el deterioro y fragilidad de los documentos es inevitable, así es que tuve que aprender a manejarlos con la mayor responsabilidad y cuidado posible para poder dar el siguiente paso para la digitalización.
Digitalizar no es nada fácil, hay todo un procedimiento que se tiene que llevar acabo para hacerlo perfectamente. El documento pasa antes por el proceso de restauración, limpieza y una vez estabilizado llega al departamento para poder ser escaneado con el equipo necesario y convertir este formato físico en un archivo digital.
Fojas, planos, fotografías, etc., llegan al área y no se digitalizan de la misma forma, depende del material, recordemos que no todos son del mismo tipo de papel, algunos son de algodón, papel vegetal, pulpa de madera, papel translúcido, cianotipos, con tintas ferrogálicas, gelatinas etc.
La luz juega un papel importante dentro del escaneo, hay que observar detalladamente que tipo de brillos hay, la mayoría de las veces en los documentos en soporte de pulpa de madera clara, la luz natural no interfiere mucho en el escaneo; en el caso del papel vegetal, necesitamos un fondo claro para tener un contraste adecuado, mientras que con los cianotipos debemos tener mucho cuidado con la luz, pues este tipo de papel cambia de acuerdo con la iluminación del entorno y si hay que hacer empalmes digitales del documento, estos deben ser exactamente del mismo tono o la digitalización se complica.
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Con el conocimiento sobre el tipo de papel, el manejo de la luz y el fondo de contraste procedemos a digitalizar colocando adecuadamente el documento en la cama del escáner y configurándolo correctamente, dando un seguimiento en cada paso del proceso hasta su etapa de archivo digital.
El resultado final se almacena en TIFF, para luego transformarlo a formatos JPG y/o PDF, los que manejamos por su mayor accesibilidad, pero antes de entregar los archivos digitales a quien los solicitó, se tiene que haber hecho una última revisión.
El uso de tecnologías en la digitalización sirve para fomentar el conocimiento, la generación de más investigaciones de los fondos documentales y para ponerlos al servicio de los investigadores de manera electrónica ya sea internamente o en las redes sociales.
En el tiempo que he permanecido en este lugar, veo el compromiso, la dedicación y esmero que se requiere para poder sacar adelante un trabajo aparentemente fácil, hay que tener el conocimiento y la experiencia en el manejo de archivos y técnicas de digitalización para dar excelentes resultados. Esto me motiva a seguir capacitándome, ya que tengo la fortuna de trabajar en el AGEO”
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Sin archivos ordenados no hay transparencia, ni historia, ni cultura.
Restauración de filatelia en el AGEO
ARCHIVO GENERAL DEL ESTADO DE OAXACA
RESTAURACIÓN DE FILATELIA EN EL AGEO
Por Miguel Ángel Valencia Pérez
El AGEO es una morada para los documentos importantes del Estado de Oaxaca, donde se almacenan las evidencias del tiempo. En este edificio se encuentra un auténtico tesoro: una colección filatélica invaluable para los oaxaqueños, que nos cuenta toda una época de la vida en el estado. El tesoro está conformado por timbres o estampillas postales que fueron localizados en el Archivo de Concentración, ubicado en la calle Santos Degollado en el centro de la ciudad capital, y ahora se encuentran (recibiendo tratamientos de conservación) en el Departamento de Conservación y Restauración del Archivo Histórico, en la sede de Ciudad de las Canteras.
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Está compuesto por decenas de planillas y de cientos de timbres desprendidos que muestran ilustraciones de las principales atracciones turísticas del estado: la estatua del Benemérito Don Benito Juárez, el templo de Cuilapam de Guerrero, el árbol del Tule, la zona arqueológica de Monte Albán, el templo de Santo Domingo de Guzmán, la catedral de Oaxaca, el Istmo de Tehuantepec, también aparecen gráficos de trajes típicos de la región del Papaloapan, el danzante en el valle de Oaxaca, la vestidura tradicional de la mixteca, entre otros.
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Este material documental, permaneció muchos años almacenado y sin clasificar, lo cual originó que al trasladarlo al Archivo Histórico se perdieran datos y/o referencias que permitan definir el origen de las estampillas postales o el motivo por el cual fueron creadas. El Departamento de Recepción y Expurgo del Archivo Histórico tiene como único antecedente, la fecha indicada en la caja contenedora en que llegaron las estampillas: 1932, año en que presumiblemente fueron impresas. Por lo tanto, esta colección se encuentra descontextualizada.
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Las estampillas, que son planillas completas en su mayoría, se encontraron en buen estado, casi sin daño alguno. Sin embargo, una considerable cantidad de timbres sí presentaba deterioro: estaban desprendidos de las planillas originales, tenían roturas, polvo, manchas amarillas a causa de los hongos que destruyen el papel, además de planillas completas que se encontraron adheridas unas a otras debido a la presencia de humedad.
El Departamento de Conservación y Restauración realizó un diagnóstico del estado de conservación en que se encontraban los timbres dañados, para definir qué tipo de intervención se efectuaría sobre este material documental y rescatarlo, así pues, se decidió tomar medidas de conservación curativa.
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Se realizó una limpieza mecánica, sobre cada planilla y cada timbre suelto, este procedimiento se efectuó con una brocha y polvo de goma, logrando remover manchas superficiales del papel. En el siguiente paso, se procedió a desinfectar las zonas que presentaban hongos, logrando estabilizar el material y detener el proceso de deterioro. Posteriormente, los timbres rotos fueron reforzados en las zonas frágiles, con pequeños fragmentos de papel japonés, sujetados con un adhesivo especial para restauración de papel. En las planillas de estampillas en las que el papel se encontraba quebradizo, fue realizado un proceso llamado laminado, éste consiste en adherir una hoja de papel japonés detrás de la planilla a manera de soporte auxiliar con la finalidad de dar cierta estabilidad, resistencia estructural y facilitar su manipulación.
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Posteriormente como medida de conservación preventiva, para proteger, resguardar y almacenar las estampillas se fabricó un sistema de guardas, consistente en cubiertas hechas a medida, con materiales inertes al papel. Las guardas de primer nivel -en contacto directo con los timbres postales- se hicieron al tamaño de cada planilla separando una de otra con papel tissue. A continuación, las guardas de segundo nivel –que no están en contacto directo- se hicieron con Mylar, un acetato de poliéster que funciona dando soporte y estructura, y conserva hasta veinticinco planillas. Por último las guardas de tercer nivel, consistentes en cajas hechas con polipropileno que pueden contener de tres a cuatro guardas de Mylar. Estos contenedores finales se resguardan en los repositorios de las instalaciones del AGEO, hasta el momento en que se requieran para su consulta o exhibición.
Es importante mencionar que, aunque esta colección de timbres postales no tiene datos para poderlos clasificarlos debidamente, su conservación es de gran trascendencia, ya que poseen valores documentales y tecnológicos dentro del campo de la filatelia, así como también de técnica de factura y materiales constitutivos en el campo de la conservación y restauración de papel y documentos gráficos. Se ha decidido conservarlos pues con una atinada investigación se podría obtener más información y establecer referencias exactas sobre ellos, completando así la información de este incalculable tesoro filatélico de los oaxaqueños.
Sin archivos ordenados no hay transparencia, ni historia, ni cultura. Las y los invitamos a conocer estos tesoros documentales en el Archivo General del Estado de Oaxaca.
La escritura a través del tiempo
ARCHIVO GENERAL DEL ESTADO DE OAXACA
LA ESCRITURA A TRAVÉS DEL TIEMPO
Por Germán Cuevas Cruz
A través del tiempo el hombre ha tenido la necesidad de comunicarse. Fuera del lenguaje, la escritura ha sido fundamental en la comunicación de los seres humanos. Si pudiéramos dividir la escritura en sus inicios por etapas, pudiéramos definir como primera etapa la pictográfica, que son dibujos esquemáticos en representación de objetos. Como segunda, los ideogramas que son imágenes estilizadas, es decir, metáforas para representar objetos, situaciones o contextos. En la tercera etapa tenemos a la escritura cuneiforme que no solo permite representar imágenes sino también sonidos. Hacia el año 2500 A.C., esta escritura dio paso a los primero textos literarios, el alfabeto griego fue el primero de la historia, después de todo este proceso de evolución, caemos a la cuna del alfabeto utilizado en la actualidad por nosotros y que conquistó al mundo: el alfabeto latino que en sus inicios constaban solo de algunas letras como lo son: A B C D E F Z H I K L M N O P Q R S T V X, el cual fue evolucionando hasta llegar al que conocemos en la actualidad.
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Mientras tanto, en México y Mesoamérica la escritura solo era para aquellos personajes míticos y divinos, como dioses, soberanos o sabios. Se dice que Quetzalcóatl dios benéfico, inventor del calendario y de otras artes, fue quien dio origen a la escritura en Mesoamérica. Entre los mexicas la escritura está presente desde tiempos míticos, por ejemplo los guías en el largo camino hacia el valle de México, son los amoxhuaque (los que poseen los libros). Todos estos tipos de escritura terminan con la conquista y la llegada de los españoles a nuestro continente, en los siglos XVI y XVII los que enseñaban y eran los principales maestros de la escritura y lengua española, fueron personas de la iglesia católica cuyos frailes franciscanos, dominicos y agustinos, dirigían las parroquias de los nativos, llamadas doctrinas y se encargaban de la evangelización y la enseñanza, sostenidas en métodos de enseñanza como teatro, música y danza, sin dejar atrás la escritura de dibujos en sus catecismos.
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Una vez realizado este pequeño recorrido a través de la historia, llegamos a una nueva España ya evangelizada y conquistada donde surgen las escribanías públicas, el notario era una institución jurídica antigua y respetable, como lo muestra la gran cantidad de documentos resguardados tanto en este Archivo General del Estado de Oaxaca, como en otros lugares del país y del mundo mismo, era tal su importancia que la gente solía registrar ante el escribano hasta los actos más insignificantes de la vida.
Existían varios tipos de escribanos, los más conocidos eran los escribanos reales: los que podían ejercer su profesión en todo el reino menos donde existieran numerarios. Los escribanos numerarios, podían ejercer su oficio dentro del pueblo o lugar al que estaban asignados, se llamaban así por encontrarse fijos en un lugar. Los escribanos de ayuntamiento o de concejo, eran los encargados de asistir a las juntas o sesiones de un Ayuntamiento y autorizar cualquier tipo de acuerdo. Escribanos de cámara, eran los que asistían a audiencias de un Tribunal Supremo a realizar cualquier trámite en ellos, y finalmente los escribanos de guerra eran los encargados de actuar en juzgados oficiales.
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Dentro del Archivo General podrán encontrar una gran cantidad de documentos elaborados por escribanos de la nueva España, particularmente en el país y en el estado, por lo que es necesario el uso de una disciplina como la Paleografía, que estudia la historia de la escritura (y en particular de la escritura a mano) en sus diferente fases, las técnicas empleadas para escribir en distintas épocas, el proceso de construcción de los testimonios escritos y los productos mismos de tal proceso.
Dentro de dichos escritos podrán encontrar cuatro tipos de letras que se usaron en América simultáneamente: Alemana o gótica también llamada escolástica o monacal; Humanística y sus variantes redonda, cursiva e itálica o bastardilla; Cortesana y Procesal y su variante procesal encadenada, aunque dentro de este archivo lo que más encontrarán será en escritura procesal o procesal encadenada cuyas imágenes se muestran a continuación.
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Sabemos que no todos podemos ser conocedores de la paleografía, sin embargo en el AGEO podremos auxiliarles con abreviaturas, trazos y demás problemáticas que puedan encontrar.
Después de la evolución de la escritura llega la modernización y con ella las nuevas tecnologías; en primer lugar el uso de la máquina de escribir que en el siglo XX fue un parte aguas en la escritura actual y esto a su vez, dio pie a una explosión de archivos, ahora ya muchos digitales.
Sin archivos ordenados no hay transparencia, ni historia, ni cultura. Las y los invitamos a conocer estos tesoros documentales en el Archivo General del Estado de Oaxaca
Conservación curativa del cuerpo y alma de un libro
ARCHIVO GENERAL DEL ESTADO DE OAXACA
Conservación curativa del cuerpo y alma de un libro
por Nadia Armengol Méndez
“El ser humano y sus descuidos/arrogancia al manejar la herencia del pasado, sin duda. No tenemos consciencia de que somos apenas un grano de arena en la historia de los objetos y que es nuestro deber protegerlos para que sigan perviviendo hasta su decaimiento definitivo…”
Luis Crespo Arcá, restaurador de obra gráfica.
Me pareció una frase atinada para comenzar a explicar tan sólo una parte de la labor y la importancia del trabajo de preservación desarrollado por el Departamento de Conservación y Restauración, en el cual me desempeño. Somos quienes asumimos la responsabilidad de conservar y resguardar el patrimonio documental del estado como parte del Archivo Histórico, que a su vez pertenece al Archivo General del Estado de Oaxaca.
Primeramente debemos definir qué es la conservación, entendida como todas aquellas acciones que realizamos para salvaguardar el patrimonio cultural con el fin de que las futuras generaciones puedan acceder a él; existen diversos niveles: preventiva, curativa y la restauración. Hablando de conservación curativa me gustaría definir el término. La RAE define la palabra curar como «Aplicar los remedios o tratamientos oportunos a un enfermo o lesionado o a una parte dañada de su cuerpo, o tratar una herida o lesión con los cuidados pertinentes». Entonces podemos entender la conservación curativa como: Todas aquellas acciones aplicadas de manera directa sobre un bien o un grupo de bienes culturales que tengan como objetivo detener los procesos dañinos presentes o reforzar su estructura. Estas acciones sólo se realizan cuando los bienes se encuentran en un estado de fragilidad notable o se están deteriorando a un ritmo acelerado, por lo que podrían perderse en un tiempo relativamente breve. Dichas acciones a veces modifican el aspecto de los bienes.
Atendiendo al título del artículo, la palabra alma se entiende como la «sustancia o parte principal de cualquier cosa». Podemos decir entonces que, nuestra tarea principal es la de curar deteniendo los procesos dañinos que ponen en riesgo su estado material, así como su esencia. En el caso de este artículo, en referencia a los libros que intervenimos para su conservación y consulta.
Como Departamento de Conservación y Restauración tenemos claro que, para poder intervenir un libro, tuvo que haber sufrido un daño que impida su apreciación, manipulación y lectura, considerando siempre el total respeto al material de origen. Teniendo como base esto, es posible decir que nuestra principal labor es: Conservar un documento original y proteger su integridad, asegurar que no se pierda la información y que no se cierre ninguna posibilidad futura de preservación y acceso, pues los libros y/o documentos originales poseen a menudo un valor intrínseco que jamás tendrá una copia.
Los procesos de intervención que realizamos están basados en la teoría de la disciplina de la Restauración, tomando en cuenta criterios éticos y principios prácticos. Los primeros son aquellos que nos piden realizar el mínimo de procesos necesarios que ayuden a garantizar su estabilidad; la intervención realizada debe ser fácilmente reconocible y los materiales usados, compatibles con los originales. Los principios prácticos se refieren a que todos los materiales con los que se realiza la restauración, sean reversibles en caso de futuras intervenciones, restaurar sólo la materia, no permitir la falsificación histórica al borrar la huella del paso del tiempo y que los materiales sean física y químicamente compatibles al original.
Asumiendo estos criterios, nuestro objetivo es preservar el patrimonio cultural tangible a futuras generaciones, asegurando su uso actual y respetando su significado social y espiritual (alma). El ideal para quienes laboramos en el Departamento de Conservación y Restauración es tener siempre presente que “tratamos la materia para poder rescatar la esencia de la obra”.
De manera particular, les contaré que me tocó realizar la intervención de un libro que pertenece al fondo documental Gobierno, del siglo XIX. Su ficha de primer diagnóstico decía mal estado, intervención próxima. Tuve la fortuna de asumir un reto como tal ya que el mal estado era evidente.
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Pero ¿por qué se encontraba en tan mal estado? Pues en parte debido a su material constitutivo: papel de pulpa de madera, encolante de resina de colofonia y texto manuscrito con tintas ferrogálicas. Por otra parte debido a una manipulación incorrecta durante su vida en uso constante, perdió su encuadernación (cubierta de protección), su costura se rompió y algunas hojas estaban rotas y con partes faltantes. Además de otros factores extrínsecos como las galerías en sus hojas, generadas por el ataque de insectos que comen papel y la presencia de polvo en superficie.
Si bien el paso del tiempo hizo su trabajo, agentes propios de su manufactura y la manipulación además de su almacenamiento no ayudaron a su conservación. Así que el trabajo realizado fue intenso, hubo que hacer diversos procesos de conservación curativa para asegurar su preservación.
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Este es sólo un ejemplo de una gran diversidad de libros que en el día a día nos vamos encontrando en el Archivo Histórico del AGEO, lugar que lejos de ser sólo una edificación de resguardo y hospital (por llamarlo de alguna manera) de libros y documentos deteriorados, esperamos se convierta en la cuna de conocimiento, cultura y reconocimiento del propio pueblo de Oaxaca y lo sienta como suyo, ya que mucho de lo que aquí hoy tenemos, es el gran tesoro de nos dejaron nuestros ancestros.
Sabemos que en nuestras manos se encuentra una responsabilidad ética de trabajo, es por ello que ponemos el empeño necesario para que cada libro recupere esa parte que por motivos ajenos a él, ha perdido. Así como conservar, además de su valor informativo y de consulta, su valor espiritual, su valor intrínseco.