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Zonas Arqueológicas

San José El Mogote.

San José El Mogote está considerado como uno de los asentamientos mesoamericanos más importantes del Valle de Etla en Oaxaca. Sus habitantes, descendientes de los trabajadores de una antigua hacienda llamada El Mogote que provenían de distintas localidades del valle, conservan sus tradiciones indígenas sin tener una pertenencia étnica específica.

Zona Arqueológica de Dainzú.

Su nombre proviene de los vocablos zapotecos “danni” que quiere decir monte o cerro y “zu” cacto, por lo que Dainzú significa “Cerro del Cacto”. Dicha zona fue explorada en el año 1965 por el Dr. Ignacio Bernal, quien encontró evidencias de ocupación el año 750 a. C. al año 1,000 d. C., lo más interesante es la galería de bajos relieves en piedra, que representa a jugadores de pelota en actividades violentas, con atuendos prehispánicos; así como la presentación de los cuatro probables Dioses del Fuego.

Zona Arqueológica de Guiengolá

Por su ubicación, forma y sistema constructivo, se cree que Guiengolá era un sitio fortificado donde se resguardaban y defendían los zapotecos de los ataques de grupos hostiles. También es probable que fuera el centro administrativo del reinado zapoteco en el Istmo al momento de la Conquista española. Guiengolá significa en zapoteco del Istmo: “Piedra Grande”, que proviene de guie, piedra y gola, grande o viejo. También se le conoce como Danyroó o Cerro Grande o Antiguo.

Zona Arqueológica de Lambytieco

Lambytieco significa “Lambi”, es una corrupción zapoteca de la palabra “alambique” que seguramente se refiere a los hornos en donde se hervía agua salada, “pityec” significa montículo en zapoteco. Lambytieco se traduce al zapoteco entonces como “montículos de alambique”.

Los pocos vestigios descubiertos indican que la ocupación de Lambytieco se dio entre los años 600 a. C. al 800 d. C. Tuvo su máximo apogeo entre los años 700 y 750 d. C., en coincidencia con el paulatino abandono de Monte Albán. Por su producción de sal, en aquellos tiempos, estaba considerado como una ciudad importante, dentro del mercado zapoteco.

Zona Arqueológica de Mitla

Principal centro ceremonial después de Monte Albán, la palabra Mitla o Mictlan es de origen náhuatl y significa “Lugar de los Muertos” o “Inframundo” en zapoteco se llama “Lyobaa” que significa “Lugar de entierros”, el cual ya en mexica quedó en Mitlan, “lugar de muertos” y ya españolizado sólo Mitla.
El Conjunto Arqueológico y el pueblo actual son zapotecos; Mitla fue habitada desde la época clásica (100 a 650 d. C.) alcanzando su máximo crecimiento y apogeo en el período post clásico (750 a 1521 d. C.).

Zona Arqueológica de Monte Albán

Monte Albán fue la antigua capital de los zapotecos y una de las primeras ciudades de Mesoamérica y más populosas durante su auge, se fundó aproximadamente 500 años a. C., floreciendo hasta 750 d. C.
Ubicado en el centro del Valle de Oaxaca, Monte Albán ejercía control político, económico e ideológico sobre otras comunidades en el valle y las montañas circundantes. Sus principales edificaciones: La Gran Plaza, Juego de Pelota, Sistema II, Los Danzantes, Edificio J, Edificios Centrales G. H. I., El Palacio, Plataforma Sur, Sistema 7 Venado y Tumba No. 7.

Zona Arqueológica de San Juan Yucuita

La zona arqueológica de Yucuita ha sido explorada varias veces, y en la última excavación, realizada de 1976 a 1980 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se realizó un estudio sobre la sociedad prehispánica que abarca desde aproximadamente 1400 a. C. hasta 800 d. C. La secuencia y los acontecimientos prehispánicos sitúan la presencia del hombre en estos valles desde aproximadamente 1400 a. C. es conocida también como horizonte rojo sobre bayo, por la presencia de cerámica decorada como rojo sobre cerámica color bayo.

Zona Arqueológica de Yagul

Existen evidencias sobre la ocupación de Yagul a partir de la época de Monte Albán l (500 años a. C.).
Floreció como centro urbano tras la decadencia de Monte Albán (800 años d. C.). Más tarde tras un corto abandono, Yagul volvió a resurgir para constituirse como una ciudad-estado, en el valle de Oaxaca, la cual prevaleció hasta poco antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Este importante centro prehispánico, cuyo nombre significa literalmente “Palo o Árbol Viejo” cuenta entre sus monumentos con el más grande juego de pelota de la región oaxaqueña y el segundo en Mesoamérica.

Zona Arqueológica del Cerro de la Campana

Esta Zona Arqueológica recibe localmente el nombre de Cerro de la Campana debido a la creencia popular de que en uno de sus edificios o mogotes se encuentra enterrada una campana de oro. Las cartas geográficas le asignan a la localidad el nombre de Cerro de la Cantera puesto que en la actualidad se extrae piedra cantera color rosada de los yacimientos existentes en dicho lugar.
Esta cantera es de alta calidad además de ser muy requerida para dar acabados finos en las construcciones modernas.

Zona Arqueológica Villa de Zaachila

La Zona Arqueológica de Zaachila es importante porque está considerada como la última capital del poderío zapoteco. Para la época de la Conquista las fuentes nos dicen que se encontraban en poder de los mixtecos, información confirmada a través de los hallazgos encontrados en dos de sus tumbas, lo que refuerza su importancia para el estudio cultural de Oaxaca.
Zaachila es el nombre oficial de este sitio que deriva de la palabra zapoteca Zaachila, que según algunas traducciones puede significar “Primera hija; hacer; caminar; grasa; nube; persona oriunda de (algún lugar nombrado); o verdadero”, es decir, Nosotros.

Zona Arqueológica Atzompa

Una característica particular de esta zona arqueológica es la existencia de tres canchas para el Juego de Pelota más próximas entre sí, una de ellas de 45 metros de longitud, lo que la hace ser las más grande de la zona, incluyendo Monte Albán. Además, este sitio arqueológico funcionó como una pequeña ciudad satélite de la urbe Zapoteca de Monte Albán.
También, se debe mencionar que en esta zona arqueológica se han localizado diferentes estructuras arquitectónicas que circundan la denominada Plaza A, así como la Casa de Oriente, la Casa de los Altares, y otras edificaciones prehispánicas que enmarcan las terrazas o miradores que están orientadas espacialmente hacia Monte Albán.
La cancha más grande de esta zona arqueológica cuenta con un nicho en cada una de las esquinas, mismas que pudieron usarse como repositorio de las ofrendas por el tipo de estructura que se localizan en esta zona, se ha interpretado que funcionó como lugar de rituales específicos.